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Salamancas y caminos presenta: “El Nuevo Cancionero: Un movimiento que le puso alas musicales y poéticas a la conciencia de nuestro continente”

El Nuevo Cancionero: un movimiento que le puso alas musicales y poéticas a la conciencia de nuestro continente: “Zambita para que canten/ Los humildes de mi pago/ Si hay que esperar la esperanza/ Más vale esperar cantando”

Un movimiento que indagó en los urgentes paisajes humanos de la Argentina profunda: las plegarias cantadas de sus mujeres y hombres. Sus tesoros desesperados, esas riquezas de los humildes, la fortuna que nadie jamás ha podido robarles, el oro de sus coplas, las piedras preciosas de sus cantos: “Como un canto de la tierra/ Hay que cantar esta zamba/ Hermana de los humildes/ Sembradora de esperanzas/ Alzada raíz de sangre/ Del fondo de la guitarra”

Un movimiento que no se conformó con retratos pintorescos, sino que buscó trascender los manuales escolares y los mapas políticos, las postales turísticas y los lugares comunes del nacionalismo y abrevó en el otro lado del pentagrama de los países que conforman este país, en los otros himnos de las comarcas continentales, allí donde el sudor humano y el río (del destino del hombre, del destino del pueblo), allí donde las huellas de Tupac Amaru , el andar de Guevara, Mariano Moreno hundiéndose en la mar, Evita y su puño crispado, allí donde todos los hijos, del despertar continental, se unen en el espíritu de este movimiento:“Mi pueblo la canta siempre/ Como si fuera una ausencia/ La cara hundida en el pecho/ Hasta mirarse la pena”

El nuevo cancionero nos invita a romper los límites que la industria le puso a la música popular, yendo más allá de las fronteras comerciales; de las clasificaciones; y se propone desarrollar la exclamación de su pueblo, y así levantar la canción de lo cotidiano, el movimiento de la ternura y la lucha de los descalzos: “Un corazón de camino/ Desde su canto regresa/ A despertar el destino/ Que el pueblo en su pecho lleva”

En el nuevo cancionero hallamos las diversas voces de la Argentina, Copleras del viento:
“Ando cantándole al viento/ y no solo por cantar/ del mismo modo que el viento/ no anda por andar nomás” (Este poema de Tejada es un pequeño manifiesto del canto con fundamento) Hombres de río: “Andar, andar, andar/ Sueño y sol, sangre y sol,/ parten los hombres del río, sudor y jornal” Chayas que saben a vinos de pobres, zambas de los humildes, cuecas de tomeros, hombres de ají, canciones para forasteros y para niños en la calle: “¿qué han hecho de la vida?/ ¿dónde pondré la sangre?/ ¿qué haré con mi semilla, si hay un niño en la calle?”

A cincuenta años de la creación del manifiesto fundacional del movimiento del nuevo cancionero, es necesario reflexionar acerca de este gesto de conciencia (asumir que la revolución, en una semicolonia cultural, es reconocerse) que tuvieron un poeta (Tejada Gómez, poeta de poetas) varios artistas (Tito Francia, Oscar Matus, entre otros) y la más importante cantora argentina de todos los tiempos, la que cambió para siempre el alma de cada canción que interpretara: Mercedes Sosa

Tal vez la mejor manera de celebrar el medio siglo del nuevo cancionero, sea la de seguir haciéndole preguntas a los idiomas latentes (idiomas que trascienden la palabra) que desde hace mucho más que cinco siglos, se intentan manifestar a orillas de ríos, cerros, desiertos. Es decir, la mejor manera de honrar el nuevo cancionero, es indagar en los más profundos silencios del hombre de las patrias chicas que conforman esta patria grande.

Locución: S. M. Tovarich
Idea y Guión: Pedro Patzer
Edición Artística: Fernando Salvatori
Producción: Fabiana Álvarez – Alejandro Carosella
Actor Invitado: Oscar Naya
Dirección Artística: Marcelo Simón