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Profesora española: "Los rusos son o todo o nada"

por Marina Kétlerova

 

Lena Bou, quien fue a Rusia como integrante de un programa del Gobierno de España para enseñar en un colegio bilingüe de Moscú, comparte con Radio Sputnik qué es lo que más le falta en la capital rusa y qué es lo que más aprecia en su vida en Moscú.

Empezó a estudiar el ruso por una casualidad: el alemán, que quería estudiar porque la mitad de su familia, de Mallorca, es alemana, estaba ocupado cuando fue a hacer la matrícula, y eligiendo entre el árabe y el ruso pensó que en España hay muchos bilingües que serían mejores traductores del árabe que ella. El ruso, al contratrio, le pareció práctico, aparte de que siempre le había gustado.

Años más tarde, en verano cuando se graduó, visitó Rusia por primera vez gracias a su madre que le premió con este viaje. Entonces, en el marco de un curso, pasó un mes asistiendo a las clases de ruso en la Universidad Estatal Lomonósov y paseando por la ciudad por la tarde.

Después de volver a España, hizo el máster de profesora de español como lengua extranjera, luego estuvo un año ahorrando dinero, y ahora de nuevo se encuentra en la capital rusa, esta vez por un plazo de casi un año como integrante del programa 'Auxiliares de conversación españoles en el extranjero' del Gobierno de España.

Hablando de su trabajo, indica que le "gusta el respeto que se tiene aquí por el profesor, que los alumnos sean super disciplinados y muy aplicados".  Pero, con todo, explica que hay cosas que le son ajenos: por ejemplo, la regla de tratar de Usted a los profesores y guardar la distancia entre ellos y los alumnos. Reconoce que es otro sistema educativo que no puede cambiar pero prefiere estar "super cercana con mis alumnos".

Aparte de desarrollarse y crecer como profesional durante su estancia en Rusia, Lena dice que quiere vivirlo todo a fondo, por eso va a bailar salsa y jugar al voleplaya. Incluso probó la pesca en el hielo y se bañó por la Epifanía, experiencias que no cada ruso llega a tener en su vida.

En cuanto a socializarse, confiesa que al principio es difícil hacerse amigos con los rusos ya que, a diferencia de los españoles, son muy cerrados. Pero una vez lograda la amistad, será una amistad verdadera.

Al destacar otros rasgos de los rusos, dice que ha llegado a una conclusión, por su "experiencia totalmente personal, que los rusos son o todo o nada  […] si empiezo a hacer algo lo hago bien".  Eso, cree, viene  de la "disciplina que tienen más interiorizada" que los españoles.

"Todo se quiere hacer grande aquí" y "la variedad de gente y de culturas que hay en el país", son las cosas que más le entusiasman a Lena en Rusia.

Así que, debido precisamente a esta gran riqueza de diferencias,  la visa en Rusia le ha enseñado a la maestra española "tener más tolerancia" y "tener la mente más abierta que nunca".