A la raíz de la media sanción que legaliza el uso medicinal del cannabis, Poné Primera dialogó María Laura Alasi, una maestra jardinera de Villa Gesell cuya hija, Josefina, fue diagnosticada a los siete meses de edad con el Síndrome de West, una enfermedad neurológica que genera espasmos epilépticos constantes y retarda el desarrollo psicomotor.
María Laura relató cómo su hija, a pesar de los distintos tratamientos, sufría hasta 700 convulsiones al día, hasta que conoció en los pasillos del FLENI, de boca de una madre venezolana, el uso medicinal del aceite de cannabis. “Empecé a investigar en Internet, contactarme con gente de Estados Unidos, con mamás chilenas que cultivan sus plantas y crean el aceite para sus hijos”. “Luego de tomar el aceite por primera vez, Josefina dejó de tener convulsiones por diez días, y pude cruzar la mirada con mi hija por primera vez, los que fue una caricia al alma”, relató María Laura.
“La media sanción nos da una gran esperanza”, señaló, y fundamentó la necesidad de la legalización para seguir perfeccionando las técnicas de producción de los aceites, ya que “el trabajo que hacemos las madres buscando la cepa necesaria para cada tratamiento es muy importante, y no podemos hacerlo en clandestinidad”.
