PERRO VIGIA

La práctica de la Patagonia que está llegando a Buenos Aires

El Pastor de Maremma es un perro de raza de origen italiano, que era utilizado para proteger al hombre de osos y lobos. En la actualidad, se utilizan especialmente para defender rebaños de ovejas y para cuidarlas de ataques animales.

Estos perros son de carácter obediente y fácil de manejar, cuentan con una gran inteligencia que les permite ser fáciles de entrenar para proteger a las ovejas.

Son considerados como una gran alternativa en los establecimientos de grandes superficies en la Patagonia, donde las pérdidas por puma, zorro colorado, gato montés, perros salvajes, y demás son muy marcadas. Cada vez más productores los elijen ya que, debido a la extensión del territorio, no pueden seguir el rastro de las ovejas y con los perros se sienten asegurados.

Actualmente, productores ovinos del sur de Buenos Aires están comenzando a implementarlos en sus campos debido al aumento poblacional del puma.

El modo de vida del Pastor de Maremma consiste en ser parte del rebaño de ovejas, viven con ellas en todo momento, no tienen contacto con las personas, solamente con el encargado o la persona que maneja la majada únicamente para alimentarlos (se alimentan una vez por semana aproximadamente y ellos mismos se autoabastecen).

Para proteger a las ovejas, recorren grandes kilómetros por donde se movilizan las mismas, delimitan cuadros y dejan su rastro (los perros se manejan por dominio de territorio y un gran olfato), luego orinan el cuadro para marcar que les pertenece ese territorio. Por las noches lo recorren.

Su conducta de protección se expresa como una respuesta instantánea en la que el perro que se aparta de la majada se interpone entre las ovejas/chivas y la amenaza, emitiéndole ladridos. En caso de que el depredador se acerque, ahí ataca. De hecho, se observó que hasta en algunos casos, por instinto y por su gran olfato, reconoce a las ovejas abichadas e intenta curarlas, siempre y cuando la oveja se deje. Por eso es importante en la educación del perro la confianza con su rebaño.

Alexis Galimberti es un productor de pecanes y ovejas en Buenos Aires, que cuenta además con campos en la Patagonia. Galimberti le contó a Infocampo que “el problema que teníamos en el sur por los pumas era muy grande”.

“Un vecino tenía un Pastor de Maremma y nos comentó lo eficientes que eran. Fuimos hasta Chile, a un criadero y fue cuando los vi trabajando que me di cuenta a lo que se refería mi vecino. Son perros increíbles, muy obedientes y desde que los tengo mis problemas con los pumas desaparecieron”, detalló el productor.

Hoy en día tiene tres perros, uno de ellos es cachorro y está en pleno entrenamiento. “Desde que nacen están con las ovejas en un mismo lugar, tiene que ser un lugar amplio para que las ovejas no interfieran en la crianza de los cachorros. Aparte, la perra se puede poner más arisca y puede lastimar a las ovejas si es que molestan. Por eso, tienen que estar apartadas”, agregó.

“Una vez que se hace el destete a los 45-60 días, se separan a los cachorros en corrales individuales, dejándoles un espacio apartado de las ovejas por si ellas lo molestan. Tienen ese lugar para refugiarse, sin que las ovejas tengan acceso, y aparte se le da de comer en ese lugar para que las ovejas no le roben comida. Desde los 60 días a los 120 aproximadamente, después de ver ciertas actitudes del perro se avanza. Todo el entrenamiento se realiza siempre con las mismas ovejas, para generar confianza en ambas partes y aceptación del perro en el rebaño”, explicó Galimberti.

En tanto, indicó que “cumplidos los tres meses, habiéndose cortado el vínculo con sus hermano y afianzado la relación con los ovinos, el cachorro empieza a trabajar a campo abierto, en potreros chicos y con un número reducido de animales. Luego el perro empieza a dormir con las ovejas. Si se observan síntomas de que se altera cuando molestan a las ovejas, se pasa a la etapa siguiente que es pasarlo a un potrero más grande con las ovejas. Pasado el tiempo, el perro ya va a formar parte del rebaño y las protegerá frente a cualquier adversidad”.

“Consideramos que es una alternativa muy eficiente para el manejo ovino, requiere poca inversión, es sustentable y promueve la biodiversidad. No hay intervención del hombre, solo es la naturaleza frente a ella misma”, cerró el productor.