COLUMNA DE OPINIÓN

El protagonismo de las motos en la siniestralidad vial

El fin de semana deparó varios siniestros viales donde las protagonistas fueron las motocicletas o, en realidad, sus conductores.

Estos hechos, y muchos otros que se reiteran con preocupante asiduidad en nuestro departamento, se enmarcan en la inseguridad vial que sufre nuestra provincia desde hace varios años y que, en el último tiempo, tiene en los motociclistas un punto neurálgico. El desarrollo de la estructura vial que utilizamos actualmente los sanrafaelinos no ha ido de la mano con el crecimiento exponencial que evidencia el parque automotor en general y el de motos en particular. La presunta facilidad para su conducción, la comodidad para movilizarse y estacionar en una ciudad cada día más congestionada y, fundamentalmente, las posibilidades financieras para acceder a uno de estos vehículos han hecho que muchos coterráneos hayan optado por ellos a la hora de adquirir una movilidad.

Sin embargo, los datos evidencian que manejar una moto es más difícil de lo que a priori pareciera. Trazar un paralelismo con andar en bicicleta es obviar aspectos diferenciales sustanciales entre ambas actividades. Además, no reparar en el riesgo que supone viajar a una velocidad considerable en un vehículo con tan escasa envergadura ha llevado a la impactante realidad actual, donde los motociclistas se encuentran al tope de las cifras de heridos y muertos en accidentes de tránsito. Nadie podría criticar de antemano la decisión personal de los ciudadanos de optar por adquirir una motocicleta para trasladarse a realizar sus labores o, incluso, con fines recreativos. Sin embargo, a la vista está que su utilización merece una prudencia particular, incluso mayor que la de los demás usuarios de la vía pública.

Respetar la normativa (cosa que también deberían hacer los ciclistas y los peatones –otra deuda que tenemos como sociedad organizada-) y desarrollar conductas que redunden en su propia seguridad son tareas centrales para los motociclistas a fin de mejorar una situación que hoy por hoy depara demasiadas tragedias.

Por Alejandro Sosa