situación social y cultural del hermano país Jujuy

El feminismo comunitario y su mirada en Bolivia

En la mañana de “El aire nuestro”, conversamos con la referente del colectivo “Feminismo Comuniatario de Abya Yala” de Bolivia, América Maceda, y pudimos tocar varios temas referidos a la situación social y cultural del hermano país.

FEMINISMO COMUNITARIO. “Estuvimos trabajando desde el 2003. El feminismo comunitario surge de dos corrientes políticas ideológicas aquí en Bolivia; una es la lucha de los pueblos, más de 500 años de lucha contra la colonización. El origen a la resistencia de nuestros pueblos y dentro de esta resistencia y este proceso que le hemos llamado la descolonización, la lucha de las mujeres específicamente.

No olvidemos que nosotras como feministas, sabemos que existe un patriarcado ancestral, desde un patriarcado previo a la colonización que se profundiza, se entronca con un patriarcado colonial, un patriarcado europeo que viene y golpea no solamente a mujeres, sino mujeres, a hombres y a la naturaleza y esa es la configuración que para nosotras da lo que hoy en día es el patriarcado.

Para nosotras el patriarcado, no tiene relación de opresión únicamente de los hombres hacia las mujeres; son todas las formas de opresión, explotación, discriminación, violencia que sufrimos toda la humanidad y la naturaleza.

Que como hermana protectora de la naturaleza por un grupo de patriarcas, un grupo de jerarcas que son quienes se benefician y utilizan estos sistemas que también es colonialista y que también es capitalista.

Venimos de esa corriente, por una parte, el elemento que nos hace plantear como feministas comunitarias, es la lucha de un país autónomo en Bolivia, un feminismo autónomo también en la región en la Abya Yala en América Latina que está posicionándose también en contra posición de los feminismos hegemónicos en los occidentales.

No basta con mirar esta complejidad del sistema patriarcal si no miran las relaciones de clases, por ejemplo, si no miran las relaciones coloniales de opresión. Eso que sucedía mucho en los 90 y que lamentablemente seguimos viendo que el feminismo nos produce esa misma lógica hoy en día, no solo en Europa sino también en nuestro país.

Es bastante complejo, sin embargo, en Bolivia como ocurría la lucha de los pueblos y la lucha del feminismo autónomo, nos ha generado la posibilidad de pensar y plantearnos desde un espacio, desde nuestro cuerpo, desde nuestra territorialidad, estos temas de violencia. Por ejemplo, hacia las mujeres, el tema de discriminación por las diversidades que acá son mucho más complejas, creo la mirada de todo es el tema de la discriminación.

Por ejemplo, del indígena originario campesino; que somos más de 36 lenguas, idiomas oficiales, culturas muchas más, que algunos incluso quienes comparten el idioma”.

PROCESO DE CAMBIO. “No solo nos concentramos en esos dos temas comunitarios y eso creo que ha sido posible gracias a un proceso de cambio de los pueblos que nos ha permitido de alguna forma reconstruir o remirar, replantearnos estos temas en un contexto en el que era necesario la toma del poder, por una parte.

El tomar el gobierno, en este caso, que para nada se ha descolonizado ni se ha despatriarcalizado lamentablemente en 14 años. Porque es una tarea mucho más similar y dificil, pero nos ha permitido plantar estas nuevas categorías de análisis como por ejemplo la despatriarcalización y que en un contexto que golpea como el que vivíamos antes del proceso de cambio eran impensables. Porque lamentablemente estos temas de desigualdad de género eran mirados también desde el neoliberalismo. Por ejemplo, las mujeres estábamos vistas como un sector, como un problema, reducidas a estos espacios a lo que solamente las mujeres tienen que hablar de una cuotita de poder dentro de la asamblea. Por ejemplo, el parlamento lo que llamábamos antes de un 20 30% y que se concentren en seguir negociando cuanto más van a participar o que vea el tema únicamente de violencia hacia las mujeres o el tema del autor; y eso fue la estrategia neoliberal para reducir la capacidad revolucionaria de la posición de las mujeres ante un sistema patriarcal, colonial, capitalista que es global que nos oprime a todos y a todas y a la naturaleza.

Este proceso de cambio nos ha permitido transformar incluso estas comisiones para plantear la discusión de la violencia, la discusión sobre las relaciones de poder de género, la discusión de la discriminación por diversidad desde uno y otro punto de vista. Y hemos logrados avanzar en 14 años bastante en eso, aunque no transformarlo del todo, pero si lograr avanzar por lo menos generarlos para ir transformando estas realidades.

Lamentablemente este proceso se ha ido estancando, eso es la autocrítica que hacemos como parte del proceso de cambio. Se ha ido quedando en esa visión en vez de profundizarla, es como que habíamos logrado varias cosas, sobre todo en términos ideológicos, identitario, de dignidad de un pueblo en enorgullecer de ser bolivianos, de que existimos, de nuestras culturas; de ser quechuas, de ser aymaras, de ser guaraníes; a cuestiones también más materiales como la deuda del neoliberalismo en Bolivia. Carreteras telecomunicaciones, condiciones de educación, en salud, infraestructura todas esas cosas han sido de logros y avances y que lamentablemente han generado cierta comodidad.

Vemos nosotras, no solo en espacios de poder, como son la gente que ha asumido el gobierno, sino que también el pueblo que con mejores condiciones se ha despolitizado, se ha desplazado y ha llegado a formar parte de una mal llamada clase media que para nosotras no existe en términos políticos e ideológicos y materiales por supuesto.

Pero ha ido a engrosar esta parte de la población supuestamente apolítica que ahora le hace juego a la derecha lamentablemente, y que quiere de alguna forma volcar las cosas hacia ese lado”.