El tenis femenino argentino vive, hace un lustro, momentos complicados en Sudamerica en general y en la Argentina en particular.
>> . No hay chicas? Si, las hay. Pocas. Pero hay.
>> . No hay talento? Ahì podemos empezar una de las discusiones. Algunas lo tienen y no cuentan con dinero para despegar.
>> . Hay dificultades económicas? Si. Es un dato clave. Cuando las chicas pueden tener un sponsor, para optimizar gastos, deben ir 3 ò 4 meses de gira. Eso les “rompe” la cabeza.
>> . Hay suficientes torneos internacionales? No. SI hay un buen circuito nacional, pero el año, pasado se hicieron 3 Womens Circuits. Este año 4...
>> “Las chicas no pueden crecer tenisticamente con 4 Womens por año" dice el experimentado entrenador Pancho Aranguren. Y agrega: “Las chicas en polvo de ladrillo juegan bien, pero no hay una competencia internacional adecuada”.
>> Argentina está plagada juveniles (excepto María Irigoyen que aporta su experiencia desde el dobles, y que las más chicas tienen como fuente de consulta), en pleno recambio.
>> Seria un error quedarse, por ejemplo, con que Argentina está en la Zona Americana 1 de la Fed Cup (tercera división).
>> Pasemos el resaltador al crecimiento, lento, pero constante de la rosarina Nadia Podoroska que se va entremezclando en los torneos WTA. Le falta regularidad. Bendita palabra en el tenis.
>> Por ejemplo tomemos la recuperación de Catalina Pella. La bahiense fue Top-200, cayó unos puestos al estar fuera por una lesión, pero no baja los brazos.
>> Pensar que “Caty” hace un par de años atrás estaba dando clases en la academia de su familia en Bahía y atendiendo un local de ropa de una amiga. Sólo tiene 24 años. Y mucho para dar.
>> Además anotemos los nombres de las juveniles como María Lourdes Carlé, Julieta Estable, Ana Geller y Melany Krywoj. Pero hay que tenerle mucha paciencia. Y la recuperación de Paula Ormaechea tras una complicada operación en la muñeca izquierda que la sacó del circuito desde noviembre pasado.
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