Sin dudas que Velez es de los mejores equipos del campeonato. Por la generosidad en su juego. Se ofrece a dar entrega y hacer de los partidos de ida y vuelta proponiéndole al rival una dinámica hasta a veces difícil de aguantar. Así lo pregona y lo practica su entrenador. El “Gringo” Gabriel Heinze. Tiene su sello. Al principio le ha costado. No es fácil que los jugadores de un día para el otro reciban y capten el mensaje y las formas de entrenamiento. No es de abrir las puertas de los mismos pero el día de partido el hincha observa  desde el minuto inicial a un equipo vertiginoso, agresivo y con posesión de pelota. Eso sí. Le falta definición. A veces suerte. Pero en la mayoría de las veces es más la impericia y la falta de jerarquía a la hora de definir que el destino.

Pero en la balanza pesa más lo que genera y el contagio que brindan sus intérpretes a la hora de encarar los partidos. Desde el más veterano (Poroto Cubero) hasta el más purrete (Thiago Almada), éste último, una aparición extraordinaria. Decía el técnico en una conferencia: “Tiene muchas ganas y pienso que solo tiene 17 años, pero lo pienso por un momento, después digo, por qué no ponerlo si me da un montón?”. Y desde que apareció en escena, el “Guayito” junto a Gastón Giménez, recientemente citado a la selección nacional, le dio al equipo mucho fútbol, goles y el potrero de su juego.  El equipo crece y genera más de lo que merece y eso es mérito de Heinze. Lo bueno y lo malo. Pero es un conjunto a la medida de su entrenador. Que fue de menor a mayor y hoy su presente lo encuentra en una etapa de crecimiento constante, sin techo, con jugadores jóvenes con gran madurez, los casos de Nicolás Dominguez, Lucas Robertone y Matías Vargas y con otros que le aportan equilibrio, entrega y experiencia.

Vélez es una mistura de todo esto. Sólo le falta un delantero de jerarquía, sin dudas, su gran déficit. Ni Jonatan Ramis, ni Rodrigo Salinas, ni Luis Amarilla, han podido hacer olvidar la ida de Mauro Zarate. Mientras tanto, se hace camino al andar con lo que tiene y en muchos partidos, cosechando elogios de sus pares, por ejemplo, en el último encuentro ante San Lorenzo. Pero sin dudas, que va por buen camino.