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César Horqque: un peruano barcelonés en Moscú

A los 15 años el peruano César Horqque dejó a su familia en Lima para ir a estudiar en Barcelona. Años más tarde, se instaló en Londres por cuestiones de trabajo. Y ahora, acabó su primer año en Moscú, que fue todo menos aburrido. César compartió con Sputnik algunas de sus vivencias e impresiones, y también esperanzas.

Visita los estudios de Sputnik con la guitarra detrás de su espalda, y de súbito, cuando empieza a tocar y cantar canciones en ruso y español, el ambiente laboral en Radio Sputnik se tiñe de festivo. Para conmover al público, canta la famosa "Mil de Rosas escarlatas" de la legendaria cantante rusa Alla Pugachova.

Esta canción, entre muchas otras, la había cantado ya mil veces en otros lugares de la ciudad y otras ciudades del país. Y es que allí, en Rusia, un analítico financiero de nacimiento peruano y de formación catalana, logra realizarse no solo en su profesión sino también en su afición: lo invitan a cantar en espacios distintos y en ocasiones distintas; incluso una vez viajó a Siberia para tocar allí.

"¿Cómo llegó hasta Rusia? No lo sé ni yo", confiesa César.

Antes de ir había visitado Moscú varias veces, "medio por trabajo medio por ver conciertos" y al principio la veía "como una ciudad bastante gris pero más fría". Sin embargo, con el tiempo la cosa cambió porque "entendí un poquito mejor a la gente".

Su primer encuentro con Moscú se debió a la música. Cuando todavía vivía en Barcelona, cantaba con una chica rusa que le enseñó varios músicos rusos y ucranianos. Entre ellos, la cantante y pianista María Chaikóvskaya que le "cautivó".

"Al final, un día le pregunté cómo podría comprar las entradas a su concierto, y la música sorprendida al entender que iba a ir de Londres a Moscú solo para un concierto, que tenía la entrada libre", relata César cómo conoció a María.

Y se hicieron amigos. Y fue haciendo amigos nuevos en ese país que le dejó "muy sorprendido por la cordialidad de la gente".

Asimismo, cuando se le salió la posibilidad de mudarse a Moscú, estableció contactos laborales y pasó el Rubicón.

Comparando su vida en Londres ("una ciudad fabulosa que tiene absolutamente todo", según él) y Moscú, César señala que las personas "en Londres son muy, muy educados […] Indiferentes a tu existencia. El vínculo personal no existe, no existe ni con tus vecinos" mientras que en Rusia "la gente es muy pasional", y todo el mundo desde el inicio le hacía preguntas y manifestaba interés por su persona.

Siendo peruano con "una manera de pensar muy, muy de Barcelona", mamó "el progresismo español, el ateísmo catalán", y ahora dice que le gustaría aprender a "ser una persona honesta, directa" como los son los rusos.

¿Cómo lo cambió la vida en Rusia?

"Creo que me he sensibilizado mucho", reflexiona.

Y, además, ha aprendido a vivir "las cosas intensamente".